La comarca de Las Merindades es profusa en manifestaciones románicas. Desde hace años, siempre me llamó la atención -tanto por su singularidad arquitectónica como paisajística- la iglesia (o ermita) de San Pantaleón de Losa. Situada en el pueblo del mismo nombre, en el valle de Losa, se alza -como subiendo afanosamente una cuesta- la ermita. Se trata de una colina que recuerda la proa de un barco -quizá de un moderno petrolero-. Este curioso aspecto resalta la singularidad del paisaje y de la propia ermita.
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Románico: Pino de Bureba y chapuzas nacionales.
Una iglesia románica singular es la de Pino de Bureba, en las proximidades de Oña (Burgos), que dependió del monasterio benedictino de esa localidad. Bajo el nombre de San Martín Obispo es una iglesia que se sale de la norma burebana ya que su ábside -mal conservado externamente- es poligonal en vez de circular. Su portada, bien conservada y orientada al sur, presenta tres arquivoltas cuyas columnas están terminadas en capiteles ornados con motivos florales. Los canecillos acaban en las típicas figuras humanas.
Románico: Los Barrios de Bureba
Llevo unos 34 años viajando muy frecuentemente por los pueblos de la comarca de La Bureba (la pequeña Castilla, como la han llamado) y conozco mayormente el románico que salpica sus colinas. Pese a ese tiempo pasado por la zona nunca me había hecho la reflexión que me he planteado hace un rato al mirar las fotos que hice hace unos pocos días por la zona; nunca, que recuerde, he coincidido con nadie observando uno de esos monumentos románicos. La Bureba es un lugar de tránsito y, al parecer, pocos deben ser los que se paran a observar las magníficas representaciones del románico que contiene la comarca.
Triste y solitaria, rodeada de un «algo» que fue parque en el pasado, se alza sobre un pequeño otero la iglesia de San Fagún en Los Barrios de Bureba. Una iglesia románica pequeña en la que en otros tiempos desapareció su nave. Queda una magnífica espadaña y el ábside. Se conservan canecillos primorosamente tallados y llaman la atención los ventanales lobulados ornados con columnas y capiteles tallados.
Si viajas algún día de Briviesca a Cornudilla párate a verla. Merece la pena y agradecerá que rompas su soledad.
Románico: San Pedro de Tejada (Burgos).
En el valle de Valdivielso, en las Merindades burgalesas, se encuentra la que quizá sea la iglesia románica mejor conservada de Burgos: San Pedro de Tejada. A unos 700 m de las primeras casas de Puente Arenas un gran caserón y la iglesia comparten un paisaje de fincas de labor que se extienden por el valle. La iglesia, quizá de principios del siglo XII, tiene su origen en un cenobio del siglo IX. Es de propiedad privada (procede de la desamortización de Mendizábal) pero se puede visitar, fotografiar por fuera pero no su interior. Todas las figuras de la fachada y de los canecillos están perfectamente conservadas. Podemos, observándolas, ver las representaciones de la lujuria, la gula y otros pecados capitales. No dejes de visitarla si viajas por la zona y te gusta el románico.
Sexualidad explícita: románico.
Es curioso y no deja de extrañar que en las iglesias románicas aparezcan en sus canecillos escenas de una intensa carga sexual: sexo explícito. En nuestra sociedad actual un lugar sacro es el menos esperado para encontar escenas de este tipo, pero están, y además muy patentes y bien visibles. Las teorías sobre ésto son varias: libertad sexual en la época, imágenes condenatorias y avisos de lo que no se puede hacer sin caer en el pecado e, incluso, animar a la sociedad de la época a procrear ya que se necesitaban recursos humanos en las cruzadas ibéricas contra los musulmanes. Sea el caso que sea, de forma habitual, están presentes en toda la iconografía románica de la península. A Costa da Morte no iba a ser una excepción, tal y como se puede observar en la iglesia de Santiago de Mens, cerca de Malpica.