La famosa ruta del río Cares (León-Asturias) no es más que una vía de servicio de un canal que transporta agua desde Caín (León) hasta la central eléctrica de Puente Poncebos (Asturias). Se comenzó a construir en 1916 (con una reforma a principios de los años 50) y, en conjunto, la obra representa una colosal aplicación de la ingeniería. Tanto el canal, que muchas veces transcurre por túneles excavados en la compacta caliza de los Picos de Europa, como la vía de servicio fueron hecho a puro barreno y dinamita. La dificultad del proyecto es observable a simple vista: una garganta muy estrecha en muchos tramos y unas pendientes que muchas veces son cercanas a la vertical; si a esto unimos el que no existían accesos de ningún tipo nos hará comprender la magnitud de la obra.
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¿Está Sisi?
Pues creo que no. Por más que pregunté no me dieron razón alguna. La desventurada Sisi más bien nunca pisó ese recinto ni ningún otro miembro de la realeza del pasado siglo. Parecen un palacio digno de Viena pero se trata de un hotel portugués: el «Palace Hotel» de Vidago.
La playa de Barrañán
La playa de Barrañán es un largo arenal del municipio de Arteixo (La Coruña). Es una playa históricamente peligrosa dado el elevado número de personas ahogadas en ella. La resaca y el fuerte oleaje no perdonan.
Hace unos días me acerqué a ella con un amigo con el fin de volar nuestros drones. El que yo llevé ese día -un Parrot Bebop– tiene una cámara muy peculiar ya que se trata de un ojo de pez circular. La programación del Bebop hace que las fotos se obtengan «normales» pero se puede extraer el fichero en bruto, tal como esta imagen en puro ojo de pez.
Me resulta curioso…
La Bureba: las hoces de Ventosa y Silanes
La comarca burgalesa de La Bureba es prácticamente una llanura que choca, en su parte norte, con los montes Obarenes. Previo a ese contacto llanura-montaña hay una pre-cordillera, de escasa altitud, que discurre paralela al mismo y que limita una pequeña superficie ondulada. En la pre-cordillera, formada por calizas cretácicas, hay dos pequeñas hoces que permiten el paso entre una parte y otra: Ventosa y Silanes. Son zonas con agua abundante, por lo que la vegetación prácticamente se convierte en vergel. En verano, con el calor castellano, son zonas muy agradables ya que embocan el viento y se convierten en lugares frescos. Una de las hoces, la de Ventosa, tiene una cierta historia. Por una parte, al pie de las rocas, hubo un pueblo (Ventosa) que desapareció por completo en algo más del último medio siglo. Quedan, entre la maleza, restos ruinosos de la iglesia, con su arco interior, y mampostería de las antiguas viviendas. Además, en Ventosa, habitó un pueblo de origen prerromano de la tribu de los autrigones cuyo bastión defensivo fue lo alto de las escarpadas rocas que limitan la hoz.
La máquina matadrones
No era mi idea el titular de esta forma la entrada, me lo sugirió un amigo. Simplemente pensaba poner un par de fotos de una cosechadora ya que estos ingenios me llaman la atención por su forma y dimensiones.
Hay que retroceder dos meses y medio en el tiempo y trasladarnos a La Bureba (norte de Burgos). Volaba un drone y él solito se me escapó. Quedó fuera de control. Vi impotente como se marchaba, volaba por encima de un pueblo y desaparecía detrás de él. Hace hoy cuatro días apareció en una finca de trigo que estaban cosechando y, las cuchillas de la cosechadora, le pasaron por encima. Quedó literalmente desmembrado entre el golpe de la caida y el acuchillamiento, aunque unas pocas piezas resulta que están operativas. Algo es algo…
La que mató a mi drone pudo haber sido tranquilamente la cosechadora de la foto. El ingenio descansaba en el centro del pueblo listo para volver a los campos de trigo. Cuando el conductor lo controla me recuerda la novela de Herbert George Wells «La guerra de los mundos» y la película del mismo nombre. Son aparatos grandes, muy grandes, controlados por un hombrecillo que va en su carlinga. Poseen cortes de 10 metros o más de largos y se mueven lenta e inexorablemente por los campos de trigo. Los tractores con sus remolques esperan pacientemente a que las cosechadoras llenen sus depósitos con el grano y, luego, lo vierten en los remolques. Tras ello a continuar cosechando en esa u otra finca en un trasiego que dura un mes y medio.
Bueno, el aparato marciano encontró mi drone. Hay que conformarse.