Las cámaras de tipo EVIL han supuesto un nuevo camino en la fotografía. El que no tengan espejo ni visor óptico ha permitido reducir el tamaño de las cámaras con sensores grandes a proporciones de cámaras compactas. Realmente es un logro tanto de la ingeniería óptica (los objetivos reducen proporcionalmente su tamaño) como de la electrónica. Son sistemas muy cómodos de transportar, no ocupan nada y, encima, su rendimiento general es muy elevado. Con estos sistemas se pueden hacer fotografías de alta calidad sin mucho esfuerzo.
Visto lo visto me preguntaba cómo se comportaría una cámara del tipo Micro 4/3 en trabajo de estudio. No me refiero a trabajar con personas sino a situaciones de iluminación con flashes, rapidez de operación, comportamiento del balance de blancos y, sobre todo, el ruido comparativo a ISOs altos con respecto a mi sistema réflex. Esta última condición es importante para mi uso ya que fuera del estudio, por pura filosofía, jamás uso flash ni elementos reforzadores o ajenos a la iluminación ambiente.
El escenario del crimen. Luz natural. D700 – 200 ISO – Directo del RAW. Sí, le falta una cuerda a la guitarra.
El movimiento se demuestra andando y en aplicación de esta máxima me prestaron una Panasonic G3 para que hiciese unas pruebas en mi estudio. A todas luces es una comparativa entre David y Goliat pero quería saber por mi mano los resultados.
La G3 es una cámara muy pequeña en comparación con mi D700. Es ligera y construida con metal y plástico. Se amolda razonablemente bien a la mano pero parece que es «un algo» que se va a caer y destrozar en cualquier momento. Me falta el «tacto» para estas máquinas tan pequeñas.
Hay aspectos curiosos tal que la conmutación entre velocidad y diafragma que se realiza en una sola rueda por pulsación de ésta. Es una solución inteligente y operativa que permite cambiar valores con rapidez.
Un elemento que no me gusta nada es el visor electrónico. Este tipo de visores tienden a iluminar la escena amplificando el nivel de luz con lo que siempre la escena se ve brillante perdiéndose la percepción de la iluminación real. En estos casos el visor tradicional es imbatible.
Por lo demás el operar mayormente por medio de menús resta operatividad. También influye mucho el no estar adaptado a la cámara pero no lo es tanto en este caso ya que hay una gran similitud entre la operación con la G3 con respecto a la GF3 que tengo.
En lo que respecta ISOs bajos; sólo decir que tanto el comportamiento de la G3 y de la GF3 son impecables por lo que no voy a poner ninguna imagen. Hay un handicap que es que el objetivo utilizado con la G3, el 14-42mm, no es nada bueno (tengo otra entrada reciente en este blog donde documento esta opinión). Evidentetemente si me pongo a comparar los resultados obtenidos con la D700 y el Nikkor 24-70/2,8 sería un abuso.
Si en la Nikon D700 el balance automático de blancos funciona razonablemente bien con los fashes de estudio no es lo mismo en el caso de la G3, Las fotos hechas con la G3 tienden exageradamente hacia la calidez. Esto es un factor fácilmente solucionable en eso que llaman el «postproceso» o no es problema ninguno si la foto está pensada para virarla al blanco y negro. Es otras situaciones este tipo de cálculo del AWB de la G3 puede ser un verdadero problema. Hay que acudir a la carta de gris.
Todas las fotos directamente del RAW y sin procesar. A la izquierda la G3 con flash de estudio en balance de blancos automático. La imagen es extremadamente cálida. A la derecha con el balance de blancos ajustado con una carta de gris.
Bueno, se observa claramente la diferencia entre las dos fotos. La «cosa» empieza a pintar bien una vez ajustado el balance de blancos en modo personalizado y con carta de gris. No es perfecto pero es asumible.
Otra historia es el ruido comparativo entre la D700, G3 y GF3 Aquí y como era presumible la ganadora (y con amplia diferencia) es la D700. En el caso de la G3 el ruido es alto pero digerible en un tratamiento posterior de la foto. En el caso de la GF3 es bastante más elevado en comparación con la G3. Pincha aquí o sobre la imagen para ver la ampliación. Ahora bien, no nos engañemos… con la GF3 he hecho fotos con un gran rendimiento a ISO 1600 siempre y cuando la exposición sea absolutamente correcta (como haya que «levantar» la imagen ya podemos comprar una gallina para que se coma el grano). Además el ruido que genera no me desagrada para el blanco y negro por lo que prefiero no reducirlo vía «software».
Comparativa entre la D700 (izquierda), G3 (centro) y GF3 (derecha). ISO 1600. Pulsar en la imagen.
Una prueba con la G3 y el gradiente entre luces y sombras. Es de una finura espectacular y el comportamiento es sobresaliente. Pulsar en la imagen para verla la resolución completa.
En otro orden he hecho alguna prueba con la GF3 a ISOs medios y en un escenario operativo tal como la imagen de debajo. Realmente a 800 ISO la GF3 se comporta sobreslientemente (pinchar en la foto para verla a mayor resolución). Es una prueba realizada durante el transcurso de una sesión con Silvia Mabel en un pazo abandonado.
¿Resumo?… pues si. Los sistemas Micro 4/3 probados son en general altamente eficaces. A ISO mínimo se obtienen unas fotos muy buenas pero a ISOs altos el asunto cambia espectacularmente. Si en el supuesto anterior se quieren resultados precisos hay que olvidarse de este tipo de cámaras y cargar con el pesado equipo tradicional. En determinadas circunstancias en las que haya tiempo y, sobre todo, el querer hacerlo, son cámaras que se pueden usar en estudio con bastantes reservas. La G3 sin duda, con sus limitaciones, ya que tiene zapata para flash. La GF3 imposible si la iluminación requerida es con flashes (no hay manera de activar un sistema remoto con esa cámara más que por simpatía del destello de su flash incorporado). En escenarios reales si es al aire libre se obtienen resultados excelentes y si las condiciones de luz son pobres la G3 sale relativamente airosa mientras que la GF3 únicamente es mayormente útil a ISOs por debajo de 800.