En una sesión de fotografía a uno muchas veces le faltan manos y le sobran pies. Lo segundo viene de lo patoso que es el que suscribe y que acaba fatalmente tropezando con todo lo tropezable que hay por el suelo: cables, trípode, columnas… Lo primero es que por mucho que uno quiera o sujeta algo con los dientes (un reflector, por ejemplo) o hace la foto. Hay alternativas, está claro: sujetar un reflector o pantalla con cuerdas, cables, o lo que sea… pero son soluciones chapuceras que no dignifican (a los ojos externos) la «profesionalidad» de lo que uno tiene instalado.
Hay una solución excelente para agarrar y colgar cosas: una pinza que se coloca en una columna. Es retráctil y sujeta con eficacia un reflector sin tener que andar haciendo malabarismos. Ayer me la han regalado pero imagino que por eBay y sus chinos las hayan a centenares.
Esas pequeñas cosas que alegran y facilitan la vida…
Ese accesorio lo había comprado illo tempore, y tú me lo hiciste recordar. Pues sabe dios deonde fué a parar, pues no lo encontré en toda la casa, Orden, que es lo que tengo que tener, orden.
Un abrazo
Cuando lo encuentres le pones un imperdible Carlos 🙂