Una de las cosas que le noté a la Pen F es que su agarre da una notable sensación de inseguridad. Salvo la pequeña pestaña situada en la parte trasera (en la esquina superior derecha) no hay ningún elemento que, frontalmente, se sujete bien a los dedos; parece que pueden resbalar sobre la superficie plana de la cámara.

El resalte frontal es rugoso lo que afianza la sujeción del grip. Tiene unas pestañas en la base que impiden que el cuerpo de la cámara pueda deslizarse por rotación.
Lo considero un elemento necesario pero, su precio, es excesivamente caro. Desconozco el valor económico del gramo de aleación de magnesio, pero tengo la libertad de pensar que el coste de 149 euros es un delirio. Yo lo compré aprovechando un cupón de descuento de 100 euros que me ofreció Olympus al comprar la cámara. Si no es por el cupón habría tenido que esperar que los afanosos «chinos» fabricasen un clónico a un precio asequible. Hoy por hoy no lo hay.


La comodidad del agarre, trae añadido una mayor seguridad.
No cabe duda que es una buena adquisición.
Estoy deseando ver tus primeras fotos, si en el fondo somos como niños con zapatos nuevos. Que contento estoy ….!!!!!!
Pues ya has visto tres fotos 🙂 Las dos de la empuñadura y la foto del adaptador de la entrada anterior están hechas con la Pen F y el 17mm/1,8. Cuando vaya a Lugo próximamente la llevaré. Un abrazo y nos veremos pronto.