Hay veces que uno acierta en una compra y tal es el caso de haber adquirido -hace ya un largo tiempo- el Nikkor 28-105mm 3,5-5,6. Introducido por Nikon en 1999 se fabricó como una alternativa económica para mejorar el zoom de kit usual de la época: el Nikkor 28-70mm.
Antes de seguir leyendo ya pongo en antecedentes unas pocas cosas: es excelente ópticamente hablando aunque no es un objetivo «pro», tiene un tacto del zoom bastante duro por rozamientos internos y el elemento frontal rota durante el enfoque.
Es un objetivo que parte de la era «analógica» como un compromiso entre angular y «tele» corto. En formato DX habrá que multiplicar por 1,5 para calcular las focales «equivalentes»; es decir, aparentemente se comportará como un 42-157,5mm. No es AF-S lo que significa que no tiene motor de enfoque incorporado por lo que los usuarios de cámaras de gama baja tendrán que enfocar a mano aunque la fotometría se conserva. No es malo enfocar a mano y, de hecho, hay mucha gente que usa objetivos manuales. No se deforma la mano por girar el aro de enfoque…
Si bien es perfectamente usable en cámaras con sensor DX la verdadera dimensión de esta óptica se alcanza con su uso con cámaras FF con sensor de tamaño completo. Para eso, para película de 35mm, ha sido diseñado.
Con un parasol notable en diámetro, es un objetivo ligero, razonablemente compacto, construido enteramente de plástico salvo la bayoneta que es metálica. Bien construido tiene aspecto de relativa solidez. Su extremo focal inferior con 28mm da para hacer alguna floritura (no muchas, pero algo es algo) y su extremo superior de 105mm no permite fotografiar leones en la estepa africana pero si hacer algún retrato u otro tipo de fotos. En general puedo decir de él que es un zoom bastante equilibrado en focales.
Hasta la fecha he probado una gran variedad de objetivos de uso general o «de viaje», tanto de Nikon (28-200mm, 24-120mm y 18-200mm, en sus primeras versiones), Sigma, Tamron y Tokina. Ninguno de ellos me convenció y los he ido simplemente probando y devolviendo y/o cambiando una vez que uno tras otro no colmaban mis expectativas.
Aquí, aprovechando el punto y a parte anterior, debo decir ya que el 28-105mm me ha sorprendido más que positivamente. No lo conocía hasta hace poco tiempo en que me salió a tiro por eBay a un precio extremadamente barato. Hoy por hoy es la óptica que cubre -no voy a decir que sobradamente- mis necesidades generales.
No tiene cristales ED de baja dispersión pero los ingenieros de Nikon se esmeraron en fabricar un producto en el que las aberraciones cromáticas están sobresalientemente controladas. Es muy nítido en cualquier focal sobre todo si o usamos a diafragmas con valor 5,6 o superior. Tiene ligeras distorsiones geométricas tanto en barrilete (en 28mm más acusadas) como en almohadilla. Esto, que podría ser un handicap en etapas anteriores hoy por hoy se pueden corregir por medio de programas «ad hoc» o con el Photoshop. No es un gran problema que, además, en ocasiones, hasta puede ser un factor estético positivo. Su rendimiento con el color es notable, de hecho me encanta.
No es perfecto en cuanto al «flare» y al «ghosting» aunque controla estos factores bastante bien, si no hay que saber colocarse con respecto a las luces o, como ayuda, usar la mano como una extensión del parasol… no queda más remedio.
Otra ventaja añadida del 28-105mm es su capacidad de macro hasta un factor 1:2 y en focales comprendidas entre 50 y 105mm (no actua en otras focales). Para usarlo hay un botoncito deslizante que faculta su uso con esta función (ver las fotos). El macro está ahí. No lo he usado ni probado pero es una buena cosa el tenerlo a mano por si es necesario.
Resumiendo: un gran objetivo, muy barato por eBay y que formará parte de mi equipo hasta que le sea infiel cosa que -visto lo visto por el mercado- ese día tardará en llegar.