Es una florecilla silvestre de la que desconozco su nombre. La botánica no es mi fuerte. Brotó en el margen de un camino, de esos que no conducen a parte alguna. Discreta, me mostró su pálido color y su humilde belleza. Sus delicados pétalos azules y su llamativa estructura atrajeron la atención de mi vista y de mi objetivo. Quizá algún día recoja una mata y su tierra y la cultive. Lo merece.
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Puede ser una betunera (Psoralia bituminosa ), pero se debería verificar.
Lo que me digas Osco. Me lo creo todo 🙂