En mi adolescencia paseaba con mis amigos -gastando suela- por la Calle Real de La Coruña. Allí, en una tienda de fotografía, exponían un par de Rollei 35. Los ojos se me iban por cualquiera ellas, pero eran infinitamente inabordables para mi por su precio. Han pasado 45 años y hoy, por fin tengo una. La adquirí por medio de «Milanuncios» en una tienda física que, bajo el nombre de «Artu.k«, responde a una conocida y seria empresa fotográfica de La Coruña; en ella tienen bastante material en venta de las épocas llamadas analógicas.
Estas pequeñas joyas de Rollei son cámaras clásicas de culto (equiparables a un Rolex, en relojes o a una Bolex en cámaras de cine. ¿Os suena el juego entre nombres?). Su diseñador fue Heinz Waaske cuyo trabajo alcanzó la genialidad; ¿a quién se le ocurre poner una zapata de flash en la parte inferior de una cámara?. Tras varias vicisitudes la cámara fue presentada en la Photokina de 1966 y anunciada como la cámara mecánica más pequeña del mundo en su segmento. Las Rollei 35 mantuvieron ese estatus hasta el final de su producción en 1981, aunque hubo ediciones especiales a partir de esa fecha.
En las Rollei 35 se juntan varias virtudes: son cámaras totalmente manuales y de excelente calidad, realmente de bolsillo y con objetivos de Carl Zeiss tan famosos como el Tessar o el Sonnar. Los obturadores tienen un amplio rango de velocidades (de 1/2″ a 1/500″), son de fabricación totalmente metálica y tienen acabados exquisitos. Están presentes todos los controles necesarios de una buena cámara manual de 35mm: enfoque, diafragma, velocidad, sensibilidad, profundidad de campo, centrados en poco espacio, pero muy manejables. También incorporan un fotómetro y una zapata para flash (curiosamente, en su parte inferior). Sus visores son, además, muy luminosos.
Lo curioso y práctico es que, teniendo lo que tienen, poseen unas dimensiones muy reducidas: 95×70 mm en el frontal. Aparecieron en 1.966 y la saga continuó durante 25 años. A principios de los años 70, el ensamblaje final, con un gran rigor de control de calidad, pasó a hacerse en Singapur. Curiosamente se ha demostrado que, en algún caso, la calidad de las ópticas Tessar fabricadas en Singapur tienen más calidad que las fabricadas en Alemania.
Las Rollei 35 tienen el objetivo tubular retráctil y, para poder usar la cámara, hay que extenderlo tirando de él y después rotarlo ligeramente en el sentido de las agujas del reloj hasta su fijación. Para recogerlo, el obturador tiene que estar montado; y no podrá insertarse de nuevo hasta que no se avance la película. Esto se debe al diseño del tipo de obturador, que de hecho, se diseñó específicamente para esta cámara y de forma muy ingeniosa. Al mismo tiempo que se va a retraer hay que pulsar un botón de desbloqueo situado en la parte superior de la cámara.
El concepto resultante es el de «un uso inmediato», no entendiéndose lo de «inmediato» por lo que los angloparlantes denominan «point and shoot«, ya que el uso de la cámara requiere de una ligera ciencia. Lo cierto, es que se puede utilizar la Rollei 35 en pocos segundos sin muchos ajustes adicionales sobre los que hayamos puesto previamente, por defecto, para un grupo de escenas. Los objetivos de 40mm. lo hacen posible, ya que permiten una gran profundidad de campo: si se fija la distancia a 6m con una apertura de f:8 queda todo enfocado de 3m a infinito.
La carcasa del cuerpo se divide en dos partes: el respaldo y el cuerpo principal. La trasera está unida a la base inferior y en ella está la zapata de flash, con su contacto central, la palanca de apertura, la rosca para trípode, la manilla de rebobinado, y además el contador de exposiciones (ver el detalle fotográfico). En este modelo en la parte trasera, tenemos el excepcional visor (claro, nítido, contrastado, con marcas de encuadre y de corrección de paralaje) y un pestillo, junto al visor, para rebobinar la película.
Mi modelo es un 35 T de producción final en Singapur y fabricada, en ese país, entre los años 1976 y 1980. Tiene un impresionante objetivo de 4 elementos Tessar f:3.5 producido por la propia Rollei bajo licencia de Carl Zeiss, y dispone de los controles de velocidad, apertura y sensibilidad del negativo en dos diales frontales.
El fotómetro es de tipo CdS alimentado por una pila de 1,35v (la famosa V625PX de mercurio); ya no se fabrica pero hay adaptadores reductores de tensión que usan pilas de 1,5v de óxido de plata – pinchar AQUI). Un truco, para salir del paso, es usar las pilas alcalinas de 1,5v en las cuales la tensión baja rápidamente a 1,44v; se puede ajustar el ASA un paso menos e ir tirando… (si la película es de 400 ASA seleccionamos 200 ASA en la cámara).
En la parte superior están la palanca de arrastre situada en el lado izquierdo, el botón disparador, que cuenta con rosca para cable disparador, el pulsador de liberación del objetivo para su cierre, y el visor de indicación del fotómetro.