Sin duda, mi mejor compra en 2017 ha sido una impresora de etiquetas Brother QL-570. Pertenece a una familia de etiquetadoras económicas que se pueden conseguir a precios extremadamente baratos en el mercado de segunda mano; de hecho, acabo de ver a la venta hace unos minutos una QL-560 a 20,50 euros en la tienda «on line» donde compré la mía).
Esta impresora me ha permitido hacer con extrema sencillez los rótulos o cartelas de mis exposiciones (o de las de algún amigo). Imprime sobre etiquetas adhesivas continuas o precortadas. Solo imprimir, pegar en una base y listo. Su programa de gestión (el editor de etiquetas) es extremadamente intuitivo y del tipo «Word». Se pueden incluir imágenes (fotos, logos, etc…) en las etiquetas o códigos del tipo QR o de barras que genera el mismo programa.
No solo la uso para las cartelas. También para rotular carpetas, imprimir direcciones para envíos o lo que me haga falta. Además sus bobinas de etiquetas son baratas y mucho más si son compatibles (las que uso normalmente).
Se trata de una herramienta de gran ayuda, que no ocupa sitio y que me ha facilitado muchas cosas de forma sencilla.


FELIZ 2018 ROMÁN !!!
Tiempo sin ver tu página, y en unos largos, he vuelto a disfrutar con tus metáforas, y saber de tus exposiciones y constante trabajo en el fomento de la cultura, y de la curiosidad por las cosas, ah!!!, y de tu estado de Júbilo.
Un abrazo y beso fuerte. Merche, «jacaranda»
Acabo de llegar de Burgos y de leer tu mensaje Merche. En primer lugar espero que hayáis tenido unas felices fiestas y que el año 2018 sea de lo más dichoso. Ya ves, po aquí sigo dando la matraca. De expos y esas cosas no paro… Si, de la jubilación me dije «hasta aquí he llegado… que tiren otros del carro» y dicho y hecho 🙂 Muchos besos y gracias por hacer una nueva escala por aquí 🙂