Quien use sistemas digitales para sus fotos y piense que al hacer una foto (sea en JPG o en RAW) queda lista y planchada está bastante equivocado o es que nos intenta vender aquello de que «…yo nada más uso niveles del Photoshop para dejar la foto lista». No, no es el caso, y la foto será previsiblemente un churro.

El la época analógica las emulsiones estaban lo suficientemente calculadas como para que se llevasen a laboratorio y saliese la foto «planchada» prácticamente de forma automática. Eso si, los matices, el color, el grano, la densidad y otros factores dependían de la marca de la película, lo que hace ver que ya -en aquellas épocas- el resultado final era siempre una aproximación a la realidad de la escena.

Si se usa digital, el resultado final es un caos. Los niveles, el enfoque y el contraste, las saturaciones, las dominantes de color debidas al balance de blancos, la interpretación de los diferentes colores por medio del Photoshop u otros programas,  hacen que la foto final haya que currársela. No voy a entrar ni al trapo ni a explicar el qué es lo que hago en líneas generales con una foto una vez que la proceso. Solo me referiré a una cosa que es fundamental: el balance de blancos.

Procuro -no siempre- hacer un balance de blancos manual en la escena. Todas las cámaras digitales decentes tienen esa opción. Pero por muy manual o automático que hagamos el balance nunca queda perfecto. Para ello hay un utensilio imprescindible que se debería usar y que -personalmente- siempre uso en mis bodegones: una carta de grises.

Tengo tres cartas de grises: una X-Rite (la que uso en el ejemplo), una Lastolite flexible de doble cara (gris al 18% y blanco) y un conjunto de tres tarjetas independientes para «emergencias» que tengo en una mochila. El uso de una carta conjuntamente con el Photoshop es fácil y adecentaremos mucho una foto.

La carta de ajuste y a la izquierda la foto recién editada en Photoshop. A la derecha el resultado final usando los cuentagotas de «Niveles».

Ponemos en la escena que queramos fotografiar la carta de grises de forma que asome un poco por algún margen de ella (luego recortamos o por medio de otra herramienta la hacemos desaparecer). Hacemos la foto, editamos el RAW y nos vamos a «Niveles» en Photoshop. En «Niveles», a la derecha de su ventanita, aparecen tres cuentagotas: el de la derecha es para los blancos puros, el del centro es para el gris al 18%, y el de la izquierda es para el negro puro. Vamos seleccionando uno a uno (yo empiezo por el blanco) y vamos pinchando alternativamente en lo que asoma de la carta y en forma correspondiente. Es decir: pincho el cuentagotas blanco y sin hacer nada más pincho el blanco de la carta. Pincho ahora en el cuentagotas negro y pincho en el negro de la carta. Por último, lo que hago es pinchar el cuentagotas del gris y pinchar en el gris de la carta. Cierras niveles y listo.

«Niveles» de Photoshop. En rojo los cuentagotas.

Verás una notable diferencia entre lo que fotografiaste y lo que ahora has obtenido. Ahora las cosas están más adecuadas a lo que la foto debería ser. Tras ello te toca «mascar» más la foto si es que lo necesita (o si es si quieres hacerlo) con diferentes técnicas. Al dente…