La soledad, en su justa dosis, no es mala. Sin caer en la virtud, los paisajes castellanos invitan a esa soledad. Los inmensos campos de labor que, en estas fechas parecen eriales, en breve se tapizarán en el verde que anunciará una nueva cosecha. Puntualmente, aquí y allá, los árboles sobrevivientes a la concentración parcelaria puntean el paisaje. Están solos, pero rompen la soledad y la monotonía del paisaje.
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Son pájaros, o es tú sensor que necesita estropajo?
No hombre, las manchas del sensor son circulares y éstos son casi puntos. Son pájaros. Saludos y feliz 2016.
Cada vez hay más pajaros.
Culpa de Alfred Hitchcock sin duda alguna Carlos… 🙂
¿No se referirá Carlos a los «pájaros» de la política más que a los de la película?
Sin duda alguna Pepe, pero existe una figura retórica que se llama «salir por peteneras»…