No hay mejor cosa, como prueba irrefutable de haber concluido la peregrinación a Santiago de Compostela en Fisterra que meter tu par de euros en el peregrino de chapa matálica -y darle a la manivela- para que salga una monedita o plaquita conmemorativa de tal evento. Por el par de euros la maquinita podía estar electrificada y, así, evitar al incauto turista el esfuerzo de la palanca. Una trampa más para que los incautos dejen sus euros a lo largo del «camino» y entrecomillo lo de camino ya que no tengo muy clara la relación entre Fisterra y el Apóstol Santiago…
En la mano libre le podían haber puesto un paraguas…
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