Sobre la central nuclear de Santa María de Garoña han corrido ríos de tinta. Desde su inauguración en el año 1970 ha estado activa, salvo las paradas reglamentarias, nada menos que 42 años. Realmente estaba ya hace tiempo en el límite de su vida útil, por lo que al exigirle a sus propietarios una adaptación a la nueva normativa europea no se lo pensaron dos veces y hace pocos días anunciaron su apagón definitivo.
La central nuclear se sitúa en el bello valle de La Tobalina, en el norte de Burgos, casi lindando con vascongadas y mucha de su producción eléctrica marchaba para esas provincias. En un entorno extremadamente cuidado muchos pueblos vieron favorecida su calidad de vida: cerreteras, servicios, prebendas y dinero inyectado a los ayuntamientos. Todo eso se acabó. Es una foto para el recuerdo.

