El grafiti quizá para alguna gente ha tomado una nueva dimensión tras la lectura de la novela de Pérez Reverte titulada «El francotirador paciente». Es sabido que hay auténticas obras de arte pintadas en paredes y recovecos de todo tipo. Este arte efímero siempre está condenado a su desaparición, salvo que se «rescate» la obra y sea trasladada a un museo. Cabe preguntarse, tras la lectura de la novela, si realmente el autor del grafiti está de acuerdo -o no- con ese traslado y si prefiere que su obra perezca con el tiempo. Él sabrá… pero al menos la captura a través de un objetivo y una cámara es, por el momento, la mejor forma de conservar este arte.
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Ante todo: ¡magnífico grafiti, que has inmortalizado en tu imagen!
La verdad es que me prendaron esos ojos Paco! Gracias!