Hace unas pocas semanas me encontré este cráneo de caballo en una cima de los Montes Obarenes (Burgos). Lo pillé y me lo traje para mi estudio con el fin de hacer atrezo y alguna trastada con él. Se trata de un resto de un caballo losino, una raza típica de la zona de Pancorbo y -supongo- del valle de Losa de donde pienso toma su nombre. Como tenía unas manzanas excedentes de una sesión fotográfica que tuve anteayer con la pintora coruñesa Rosa Gisán asocié el cráneo con el gusto que tienen los caballos por esta fruta.
Esta foto vio la luz hace unas pocas horas en un portal de fotografía al que tengo muy especial estima, aunque hacía mucho tiempo que no «colgaba» nada en él. Se trata de EsRecFotografía, el portal decano de la fotografía española en la red. Con gran cariño les he dedicado esta composición.
¡Tu creatividad no tiene límites! ¡Esto es surrealismo puro!
Gracias Paco. Nosotros mismos somos profundamente surrealistas por lo que plantearlo no es difícil. Un abrazo!
Solo Buñuel, tendría esa ocurrencia.
Es una maravilla de concepto.
Un abrazo, genio
Eso es picar muy alto Carlos. Pero es un halago viniendo de tí. Un fuerte abrazo!!!