Cuando se penetra en la niebla nos vemos inmersos en un escenario irreal donde los sentidos pierden su definición. Los ruidos parecen más próximos, la vista queda mermada por su velo, el frío adormece las percepciones… la humedad, la falta de orientación… Es una tramoya mágica que nos transporta en un instante a otra dimensión; lo arcano aflora con facilidad. La quietud y el silencio suelen acompañarla y solo escuchamos nuestros pasos. Como la niebla de muchas situaciones de la vida solo hay que cruzarla. Siempre cabe la esperanza.
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