En el año 1978, ahíto de prórrogas por estudios, comencé mi «mili». Me «alegré» un montón al saber que me había tocado Infantería de Marina y las consecuencias que de ello derivaban. Tras el campamento en Cartagena, un curso en Vigo y un destino en Ferrol hice religiosamente mis 18 meses de servicio militar obligatorio. Una bicoca…
Fui teletipista de la Armada (la de las gloriosas derrotas) y radio (cargar con una emisora en la espalda, tal que la PRC-77 de la foto, la de la guerra de Vietnam). Tenía un compañero en la compañía de comunicaciones que los mandos militares consideraban un inadaptado para la vida militar… un singular punto de vista en el que la otra parte más bien opinaba que «estaba hasta los huevos»; ciertamente lo llevaba muy mal. Ahí, en la foto, el hombre filosofa con un pino en una clara pose reflexiva del porqué le ha tocado a él sufrir ésto. No me acuerdo de su nombre pero si de su imagen.

