El monasterio de Santa María de Sobrado es una monumental estructura cuyo origen se remonta al siglo X. El conde Pérez de Traba y Urraca -su sobrina- hacen donación del cenobio a la orden del Císter en el año de 1142. A partir de esa fecha comienzan sucesivas reformas que transformaron radicalmente el origen del monasterio y casi prácticamente enmascararon su primitivo origen románico.
Tal es el grado de aplicación en las reformas que en la iglesia queda solamente una pequeña capilla (la capilla de San Juan Bautista) que conserva los elementos propios románicos y la sobriedad decorativa de la orden cisterciense.
Tras su paso por la desamortización de Mendizábal el monasterio quede en estado de ruina. En el año 1954 se comienza la restauración que llega a nuestros días y, en el año 1966, se ocupa por una pequeña comunidad cisterciense procedente del monasterio de Viaceli (Cantabria).
El monasterio consta de dos plantas de las cuales, la única accesible para las visitas, es la planta inferior. En esta planta inferior se pueden ver dos de los tres claustros (uno de ellos está reservado para el uso y cementerio de los actuales monjes), la sala capitular, la cocina y la iglesia con sus capillas.
Los claustros:
De los tres claustros del monasterio solo dos son visitables (y uno observable a través de unas ventanas).
El primero al que se accede es el denominado claustro de Los Peregrinos. De estilo renancentista, es un claustro totalmente reconstruido en 1972 ya que únicamente se mantenían en pie dos arcos de estilo renacentista, al estilo de Juan de Herrera. Las columnas inferiores son de estilo dórico y las superiores de estilo jónico.
El segundo claustro es el denominado «de los medallones» debido a la profusa decoración de 36 medallones que representan a santos, reyes, personajes bíblicos,,, etc. Estos medallones de sitúan sobre las ventanas También se denomina «reglar» y era el claustro original cisterciense del siglo XII, pero fue totalmente reformado en los siglos XVI-XVIII.
El tercer claustro es el denominado «claustro grande» y no es accesible al público.
La iglesia:
Barroca. Es magnificente y fue construida por Pedro de Monteagudo hacia finales del siglo XVII. Tiene una fachada espectacular profusamente decorada. Tiene planta en cruz latina con tres naves. La cúpula es impresionante y tiene, en relieve, los escudos de diferentes órdenes militares. De las naves se abren tres capillas de las cuales, la situada al norte, conserva su origen románico. En particular, la capilla dedicada a la Virgen del Rosario, representa la excelencia del arte barroco en Galicia.
La sala capitular:
De origen románico solo se conservaba un haz de columnas de la portada. Ha sido reconstruida fielmente a como era originalmente. La puerta se encuentra rodeado por un conjunto de arquivoltas aboceladas que vierten sobre pilares rodeados por múltiples columnas románicas. El conjunto es realmente espectacular.