El contenido humano del genial fotógrafo Carlos Valcárcel tiende hacia lo inconmensurable. Su honestidad fotográfica y su filosofía, con un grado de escepticismo cínico, es un paradigma de la retranca gallega. He hablado bastante de él en este blog y solo volver a citar que es y ha sido uno de los referentes más importantes en mi actividad fotográfica de los últimos tiempos. También, desde aquí, aprovecho para reiterarle mi amistad.
Repasando los ficheros de un disco duro me encontré con una minisesión fotográfica que le hice en mi estudio un día de enero de 2012. Esta foto había quedado sin tratamiento, almacenada como «de archivo». En ella me observa con su eterno aire socarrón como diciendo «a ver qué es lo que me hace éste…».
Gracias Román, por tus palabras, que son llevadas por la amistad que nos une.
No soy tanto como dices. Gracias.
Creo que te quivocas. Eres más. Un abrazo!
Creo que conozco la sala. Hace ya años, vi allí una exposición. El sitio es magnífico.
Un abrazo
Es el antiguo local del cine Goya. Al lado de la calle del Orzán, en pleno centro. Un abrazo Carlos.