El «Museu de Cinema«, fundado en 2005, se ubica en la bella ciudad de Melgaço, en el norte de Portugal. Acoge la colección donada por el cineasta francés Jean Loup Passek integrada por carteles, fotogramas e instrumentos de épocas anteriores al auténtico cine; así, abundan los estereoscopios, linternas mágicas, zootropos, praxinoscópios, etc… Los carteles expuestos son originales, de época, y anuncian las primeras películas que fueron proyectadas en salas públicas.
El cine es hijo de la fotografía. Lo primero fue captar la imagen y dotarla de un soporte adecuado, luego infundir a esa imagen o sucesivas imágenes una ilusión de movimiento. Ante esa premisa me llamó la atención el museo y entré a visitarlo.
Me sorprendió que en los dos pisos dedicados a exposición no existiese una sola máquina de cine. Así se lo comenté a la recepcionista encargada del museo. La justificación que me facilitó es que las máquinas de proyección son grandes y ocupan un espacio elevado. Bueno, en realidad lo son pero conozco al menos un bar en León en el que hay un proyector en plan decoración. Además no solo hay proyectores en clásico formato de 35mm ya que los hay de 16 u 8 mm.
Algo que me vuelve disléxico es la manía que tienen algunos centros públicos de permitir o no hacer fotografías de sus salas o contenidos. Es, mayormente, «al capricho». Los hay que si y los hay que no. Entiendo que montar un trípode y sistemas de iluminación entorpecerían bastante, también entiendo que usar flashes estorbaría e incomodaría, pero hacer fotos «a pelo» no molesta ni enturbia la paz de un museo ni deteriora el material expuesto. En fin, las dos fotos son escaneadas de dos postalitas que amablemente me facilitaron como sucedáneo de las fotos que podía haber obtenido.
En cualquier caso es un espacio digno de visitar por la belleza de los instrumentos de la colección y por la historia ahí depositada.